Garso da sus primeros pasos en abril de 1983, en un pequeño local de San Sebastián de los Reyes, con una máquina de aspas y un proyecto lleno de ilusión.
Su fundador Jesus García, concebía su profesión como un oficio artesanal, por eso siempre se refería a su profesión como “un arte” y por ello a pesar de las décadas pasadas y de la tecnología actual, intentamos que nuestro oficio mantenga esa esencia: “El trabajo bien hecho no finaliza hasta su entrega, y lo primero que ve el cliente es su empaquetado, por ello intentamos mimar no sólo el trabajo en sí mismo, sino también su empaquetado. “Todo cuenta”.
Con los años y los avances tecnológicos nos trasladamos a Algete y nos hemos ido adaptando a los nuevos tiempos tanto en la forma de producción como a los servicios que ofrecemos.
Actualmente, se ha producido el primer relevo generacional y gracias a todo lo aprendido y con un gran respecto a nuestros mayores, a nuestra profesión y gran entusiasmo, intentamos continuar este proyecto.